Duelos y Quebrantos

martes, diciembre 13, 2005

Juegos de muerte

No puedo permanece impasible ante la ejecución de Stanley Tookie Williams a primera hora de esta mañana. Como casi todo el mundo a estas alturas sabe, Tookie fue creador y líder de una banda callejera y fue arrestado y condenado a muerte por cuatro crímenes cometidos a finales de los 70, crímenes de los que siempre se declaró inocente. Una vez en prisión, el recluso mostró sobradamente su arrepentimiento y se volcó en la escritura de libros infantiles para evitar que los chicos calleran en el mundo de las bandas. Tales fueron la aceptación y la valía de sus libros, unidas a la espada de Damocles pendiendo sobre él, que el reo fue nominado en varias ocasiones para la consecución del Nobel de la Paz. Es por esto que su caso es tal vez más conocido que el de muchos de los otros más de 1000 presos ejecutados en penitenciarías norteamericanas, aunque para mí todas estas muertes son igual de lamentables.

Me quedo perplejo cuando la gente defiende la pena de muerte. ¿Qué ocurrirá si eventualmente se descubre que Stanley Williams era inocente de sus crímenes? ¿A quién le pesará en la conciencia? ¿Tan sólo a Schwarzenegger por negar clemencia, o a toda la sociedad americana? No comprendo cómo sale en televisión la gente pueblerina de la América profunda defendiendo esta pena capital. ¿No se dan cuenta de que tu vida depende de si tienes el suficiente dinero como para permitirte un buen abogado que te evite entrar en el corredor de la muerte? ¿Se creen que ellos, pueblerinos sin fondos, escaparían a esa pena si fuesen condenados por un crimen del que fuesen inocentes? Porque la lista de más de 1000 condenados a muertes está formada únicamente con gente de bajo poder adquisitivo y minorías, negros, hispanos... que son prescindibles y que no importan una mierda a nadie, juzgados normalmente por jurados con prejuicios. Y aunque una persona sea culpable su muerte solamente va a saciar sedes de venganza... ¿para qué? ¿Va a cambiar eso lo que ocurrió? Llamo cínicos, hipócritas, a los defensores de la pena capital, os colocáis al mismo nivel que el asesino cuando apretó el gatillo.

¿Quién te da la suficiente sabiduría para decidir la muerte de otra persona? ¿Puedes seguir considerándote una persona buena y justa? Yo creo que no Arnold, y era la tercera vez que podías haberlo evitado. Pero tal vez lo que vayas buscando es convertirte de verdad en el Terminator que te dio la fama y te encumbró al poder. Me repugnas.

2 Comments:

  • Ante la pena de muerte y la legitimación de la misma no me queda más que mirar al cielo y pensar que es una tomadura de pelo del dios en el que no creo.

    By Anonymous Anónimo, at 12/13/2005 4:32 p. m.  

  • Sad. Very sad, indeed.

    By Blogger Fran, at 12/14/2005 2:08 p. m.  

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