¡Una alegria!

Hoy se ha aprobado la ley que reconoce el derecho de los ciudadanos a recibir una atención por parte del Estado cuando no puedan valerse por sí mismos, bien por sufrir una enfermedad o accidente invalidante o al llegar a la vejez.

De la lengua

rocía mi mente
aclara mis dudas
estiro mis dedos
.
emerjo del miedo
saciada me acuna

Ciencia Ficción

Un día desaparecieron los árboles
y brotaron las grúas
que avanzaban escupiendo cemento
y arrasando ríos, plazas y montañas
Mientras en el cielo,
nubarrones de inversores ávidos
acechaban las nucas
de soñadores utópicos
que se ocultaban
entre alquileres céntricos,
tras los periódicos de cafetería,
en los cines sin aparcamientos
y bajo los puentes de los rios
Huracanes de humos
ácidos de posesión
arrancaban de sus escondites
a los soñadores escuálidos
que se corroían entre gritos hipotecarios
Y en los mares hirviendo
los peces se arrastraban por las orillas,
mientras nuevas grúas híbridas
se bebían las últimas gotas de sal
hasta vomitar bocanadas de hormigón

Se avecinan huracanes solidarios

La navidad acecha, lo noto porque el Corte-Inglés empieza a arroparse con luces de colores y sonrisas de Papa Noel simplón, eso quiere decir que habrá un ente superior que nos obligue a ser buenos.
Y pondremos la televisión y nos harán sentir mal con los telemaratones, que tratarán de acallar nuestra culpa consumista con un fácil donativo.
El remate solidario lo vivo, desde hace unas semanas, con el periódico de los izquierdosos (leáse El Pais) que nos incita a ser solidarios con el más rico manjar consumista: un mercedes y un loft en Madrid, eso sí, sorteo a beneficio de Unicef.

Lástima que la solidaridad venga así, como huracanes apaciguados por el tiempo, como brotes curados con vacunas de donativo puntual, como ráfagas apagadas con las luces consumistas y las sombras del olvido ...

Me gustaría que algún día mi pais fuese solidario con mis impuestos. Pido 0.7 y mucho más, en una brisa solidaria constante.

Derechos o deberes

Supongo que lo bueno de los derechos es que podemos disfrutar de ellos o no. Supongo que lo malo de los derechos es que podemos no disfrutar de ellos.
Supongo que los derechos los descubrimos importantes cuando pensamos que tenemos el deber de tener derechos y los despreciamos cuando pensamos que un derecho nunca puede ser un deber.