Jo no t'espere, Jo si t'espere ...
y es que se avecina Papa en Valencia, tierra de naranjas, paellas y ... Rita Barberá que dice "Valencia tiene que lucir espléndida. Engalanemos con banderas nuestros balcones" a lo que responde la plataforma Laicitat en acció recogiendo firmas contra "el derroche de recursos públicos". Ya que, desde su punto de vista, "el Estado no puede estar al servicio de ninguna religión".
Dios me libre, nunca mejor dicho, de guiaros por el camino del jo no t'espere, jo si t'espere, pero un paseo por google nos lleva a:
Supongo que la polémica es la de siempre: ¿el hecho de que un gusto mayoritario (o supuesto mayoritario*) impere en un lugar legitima el gasto y la paralización del lugar en aras de ese gusto?
*Por vivir en un comunidad lúdico-religiosa y por evitar problemas familiares mis padres me bautizaron. Ahora me cuentan como perteneciente a la iglesia católica. Yo no me siento partícipe de esa comunidad y no me he borrado porque no es fácil, porque me aburre la burocracia y porque no quiren decir cuantos se borran y entonces yo lo digo de viva voz: "Católicos de España, yo no pertenezco a vuestra iglesia, no por nada, sino porque no siento vuestra moral como mía".
Evidentemente, como yo hay muchos. Véase el aforo en las iglesias.
Quebrantado por Mar-ia a las
1:14 p. m.
4 Comments:
Hace unos días, ante mi indignación por el despilfarro que el Govern de València está llevando a cabo por la inminente visita del Papa, algunas personas que estimo mucho me sugirieron "diálogo, paciencia y comprensión". En ese momento pensé que, una vez más, mi espíritu crítico e inconformista me hacía dejar a un lado, casi desaprobar, la opinión del resto de los mortales.
Sin embargo, lo que ocurrió ayer en el metro de València vuelve a poner sobre la mesa una situación que venimos denunciando muchos valencianos desde hace tiempo y que también tiene que ver con el "diálogo, la paciencia y la comprensión". Frente al alarde de riqueza, esplendor y proyección cosmopolita que pretende vender la Generalitat con Camps y Rita a la cabeza, los ciudadanos de a pie sufrimos una realidad muy distinta. Las partidas presupuestarias que sufragan "La Copa América" o el " V Encuentro mundial de las Familias" (apostillo que sólo católicas, heterosexuales y que no usen condón), se obtienen de recortar otras necesidades básicas de los valencianos, de los que buscamos el "diálogo, paciencia y comprensión" de una mayoría absoluta y obsoleta que cada vez aplasta más duramente cualquier opinión disidente.
No sólo la deficiencia en la línea 1 de metro (que he denunciado personalmente hasta en tres ocasiones en lo que va de año), sino la existencia de barracones prefabricados donde estudian niños de hasta 14 colegios públicos de la ciudad, sin aire acondicionado en verano, ni calefacción en invierno. Y cómo no citar la existencia de un "hipermercado" de la droga en la Huerta de Campanar, en pleno centro de la ciudad, donde campan alegremente consumidores y camellos, pijos que buscan experiencias fuertes y otros que la única que les queda por vivir es la muerte...Podría seguir y sigo.
La política de acoso y derribo que está llevando a cabo el Consell en torno al problema del agua ha cegado a la mayoría de los ciudadanos con consignas simples y altamente manipuladas. El agua que se exige no va a regar los campos de naranjos que antaño poblaban la ciudad del Turia. Hoy apenas hay naranjos, han sido sustituidos por cemento, moles de edificios que rozan el cielo, por campos de golf y complejos para los que puedan sacar 500.000 euros del ala por un pisito de apenas 80 m2. "Aigua per a tots"/ "Agua para todos" se empeñan en repetir los lemas de los que manipulan su mayoría absoluta.
La València de la Ciutat de les Arts i les Ciències; del despilfarro partidista; del pelotazo de Terra Mítica; de la mascletà y la banda de música; de la Copa América y su puerto cosmopolita...no es más que eso, una ciudad virtual que deja de lado la otra València, la del día a día. Desgraciadamente la realidad siempre se encarga de recordarnos que una mentira no se convierte en verdad por mucho que nos esforcemos en repetirla una y otra vez.
Por eso, y volviendo al tema de este Duelo y Quebranto, jamás podré apoyar que mi ciudad(que acumula una deuda que soy incapaz de repetir en euros) despilfarre más dinero público para recibir con los brazos y la chequera abierta a un representante religioso o político, sea o no sea partidaria de sus postulados.
Iglesia y Estado nunca deberían ir de la mano. España es un país aconfesional, y no es eso lo que parece estar ocurriendo en estos momentos.
¿Queréis diálogo? Dialoguemos. Es lo que estamos intentado conseguir desde hace años. Desgraciadamente el diálogo se acabó cuando la mayoría absoluta se apoderó de mi ciudad.
Para el Govern Valencià los que criticamos este tipo de iniciativas faraónicas somos "catalanistas y antipatriotas, y tan sólo pretendemos bloquear el desarrollo de una ciudad prometedora". Estoy cansada de insultos. Por eso comentaba el otro día, con esas mismas amigas que me instaban al diálogo, que ya no podía más. He optado por no hablar de mis inquietudes políticas más que en aquellos foros que comparten mi opinión (se ha reducido a mi familia). Contrastar pareceres con los que se reducen a ver en tus ideas un fenómeno sospechoso de boicot al futuro de tu ciudad se ha convertido en una desidia.
No será una opción consecuente con mi espíritu crítico, pero es la opción que menos daño me hace.
Saludos desde la València menos virtual.
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Anónimo, at 7/04/2006 11:02 a. m.
Esther,
comparto todo lo que has expuesto, y te mando mi más sincero respeto en estos momentos duros para Valencia.
Como bien dices, ensalcemos el diálogo. Y ahí está nuestro planteamiento (o al menos el mío): yo no estoy en contra de que venga el Papa, estoy en contra de que venga el Papa y sea pagado con mis impuestos. Ese dinero podría emplearse en otras muchas cosas donde verdaderamente sería necesario.
Gracias por elegir este pequeño sitio para escribir tanta verdad.
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Alfondo, at 7/04/2006 5:39 p. m.
Comparto todo lo dicho arriba, tanto por Esther como por Alfonso.
Quizá sólo matizara, desde mi visión de la vida y sin juzgar su decisión, la parte final del mensaje de Esther. Entiendo perfectamente tu postura (en ocasiones por defender el diálogo con ETA me han llegado a preguntar que si tenía claro que los etarras son terroristas ...) Lo malo (o quizá lo bueno) de las personas es que no venimos con un manual de instrucciones, ni con unas reglas del juego. Y los problemas surgen cuando se encuentran los bienes y males. Yo me creo en posesión de mi bien y lucho por evitar mi mal. El muro contra el que choco cada día es cuando mi mal lo descubro como el bien supremo de una mayoría, ej. sencillo (sin religión de por medio que puede molestar): La construcción en la vega. La mayoría lo ve como un bien para el abaramiento de la vivienda y yo lo veo como la destrucción de uno de mis patrimonios históricos. Confieso, Esther, que hay días que siento como tú y que me prohibo a mi misma meterme en temas que me hacen sufrir,veáse el ej. anterior sobre ETA, pero también confieso que debo hacerlo porque de lo contrario me creo que todo el mundo piensa como yo (si me reduzco a esa pequeña minoría que se puede contar con muy pocas manos ...) y eso creo que sería vivir en un mundo de ilusión y fantasía, totalmente lícito y sano, por otro lado.
A mi me gusta pensar que la gente (piense lo que piense) sabe hablar y escuchar a los demás y en el peor de los casos nos daremos cuenta de que tenemos puntos de vista contrarios y en mi mundo de ilusión y fantasía encontraremos la forma de llegar a un punto intermedio, si cuando acaba el día lo consigo con alguien cercano me acuesto requetecontenta!
Abrazos para València desde Granada
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Anónimo, at 7/04/2006 6:40 p. m.
Supongo que en la discusión está la forma de llegar a soluciones nuevas o encontrar la mejor, así que no dejéis de discutir porque nadie diga lo contrario (de hecho, sé que no lo vais a hacer).
A mí tampoco me gusta que los ayuntamientos o los fondos públicos de donde sea que vengan paguen la visita del Papa, pero creo que el motivo es que no me parece bien lo que viene a decir el Papa, o al menos una buena parte, ni de qué es portavoz. En realidad, el dinero público financia muchas cosas que representan gustos o opiniones de la gente y entre las que no sé trazar una línea que divida lo justificable de lo injustificable: el deporte, con más fútbol que otra cosa, los museos, las fiestas establecidas, el cine... Me parece que lo que paga ese dinero debe dirigirse por la opinión de la gente, así que si mucha gente quiere que venga tal o cual persona, y dependiendo de lo que cueste, es razonable que el dinero público contribuya a eso. Desde luego, me alegra que la gente que piensa lo contrario lo diga claramente, porque la opinión también puede contribuir a que no se haga. Yo, por ejemplo, no espero al Papa.
El dinero que eso cuesta es un problema, sí, pero seguramente es pequeño en comparación con el dinero que se gasta en otras mil cosas (sin cambiar de tema, el dinero que se asigna a la Iglesia, que no sé cuánto es). El problema más grave (para mí) es que el ayuntamiento, o la alcaldesa, o alguien *que representa a la gente* elija una opinión concreta y quiera expresar que ése es el sentimiento general. Tal vez para eso sirven también los letreros de "jo no t'espere": para decir que, si bien es verdad que mucha gente está a favor de lo que vayas a decir, hay mucha gente que no, y que no es la ciudad entera la que te aplaude: algunos sí, algunos no.
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Anónimo, at 7/06/2006 1:21 p. m.
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