Requiem por Falcon Crest

Quizá la anécdota más graciosa del verano fuese el encontrar accidentalmente un episodio de Falcon Crest en televisión. En algunas ocasiones hay que agradecer a esos pequeños canales con presupuesto moderado la reposición de viejos clásicos de la caja boba, en este caso esta magnífica joya que nos narraba la vida de la familia de Angela Chaning en el valle de Tuscani. Muchas series actuales podrían aprender del tipo de teleserie que se hacía a principios de los 80, donde el ritmo de la trama era mucho más rápido y no tenías que esperar meses a que empezasen a desarrollarse los argumentos. En Falcon Crest todo era más rápido: Chase amenazaba a Angela con un juicio y en tres episodios estaba todo listo, infarto y muerte del ex-marido de Angela incluidos. ¿Pasaría eso en una serie de hoy? No, mínimo cuatro meses para conocer el veredicto.

Sin embargo la cadena televisiva ha decidido suspender la emisión de este clásico lejos aun de empezar a ponerse interesante, sustituyéndolo en su programación por otra antigüedad como "Bonanza". Así pues nos quedamos sin ese aire retro de los principios de los ochenta (las gafas de Chase y el pelo de Maggie no tenían precio), sin las astucias de Richard Chaning (el único malo maloso que sólo bebía leche), los planes de víbora de Melissa (ni la hemos llegado a ver quemar Falcon Crest) y, sobre todo, sin recrearnos en el culito de Colt. Lamentablemente parece ser que el presupuesto de la cadena era más bajo del que todos pensábamos.

In memoriam.